NO ESCONDAS LA CABEZA, PONTE MANOS A LA OBRA.
Mi consejo, como abogado, pero también como amigo, es siempre el mismo: cumple con tus obligaciones. Que nadie diga después que: mi abogado me aconsejó que no pagara”.
Cosa distinta es cuando no se puede, es decir cuando los ingresos no alcanzan para hacer frente a los pagos. En este caso mi consejo es que actúes guiado siempre por otro de los principios fundamentales de nuestro Código Civil: “los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse basándose en la BUENA FE”.
Es por ello que, ante una más que evidente situación de imposibilidad de pago, ya sea parcial o total, temporal o definitiva, lo aconsejable es acudir a Banco o Caja a plantear el asunto, con total trasparencia, yendo de cara, explicando la realidad, pero también ofreciendo soluciones: CARENCIA, MODIFICACIÓN DE PLAZO, DACIÓN EN PAGO DE DEUDA, ETC.
De nada sirve enrocarse en la irresponsable actitud de evitar al acreedor, no contestar a las llamadas, echar la culpa a la crisis, decir que todos los bancos con unos ladrones (yo creo que más de un directivo debería pagar esta crisis, y parece que se va a salir de “rositas”).
Se trata de elegir la actitud de causar el menor perjuicio posible a todos los implicados: banco, avalista, deudores, etc.
página siguiente